Carta para Adela: 365 días sin ti

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Por: Jac Andino

Hace exactamente un año que mi abuela materna y pilar de mi familia se fue de nuestro lado. Aún está fresco aquel día como si lo estuviera viviendo hoy y aunque el tiempo ha seguido marcando siento que de alguna forma se paralizó, que mi vida se detuvo. He intentado, en innumerables ocasiones, escribir en su honor, pero las palabras no me salen. Todavía batallo con el dolor de la perdida y los recuerdos. Pero hoy, a 365 días, puedo decir que tengo el valor para recordarla a través de esta entrada dedicada a ella. La dividí en dos partes, una carta y un poema. El poema fue un regalo de una talentosa y querida amiga, quien me bendijo con su consuelo. Se lo pedí para hacerlo público y compartirlo con ustedes. Agradezco a Ivelisse por tan gesto noble. 

 

La Carta

                                                   1 de agosto de 2018

San Juan, PR

Querida Adela, 

       Bendición, abuela. Ha pasado un año de aquella mañana en la que mami me despertó diciendo que no contestabas. Me levanté con la velocidad de un corredor de maratón y le caí al lado de tu cama. Te vi allí acostada, tan flaquita y pequeña que eras. Entonces te llamé por tu nombre y al repetirlo sin tener respuesta tuya supe que mi vida se detendría para siempre, pues te habías marchado del plano terrenal. No lo podía creer, todavía no puedo, aun estoy en negación por tu partida. Y, aunque desde pequeña me inculcaban sobre la muerte, nunca me preparé para la misma. Te extraño, doña Adela… te extraño con locura. 

         A veces quisiera poder tenerte a mi lado para decirte todo lo que no te pude decir aquella noche en que te dejé dormida. ¡Qué estúpida fui al pensar que te vería en la mañana del otro día!  Lo hice. Te logré ver, pero no de la forma en que quería. ¿Qué puedo decir ahora en que te escribo esta carta? Quisiera decir tantas cosas, especialmente en que recuerdo tus besos con añoranzas. Recuerdo el último que me diste en un hálito de amor esperanzador. Y es que me los regalabas sin esperar uno de vuelta, sin importar las veces en que me equivocaba, en mis berrinches y reproches… siempre me quisiste como soy. Tu amor fue incondicional. Me enseñaste, con tu modelo de mujer matriarcal, ha ser una mejor persona. Ha querer luchar con las adversidades de la vida. 

         Ay, querida Adela, que mucha falta haces en todos los sentidos y aunque la vida de nosotros, tu familia, sigue, tu ausencia ha dejado un vacío en tu legado. Te amo mucho. 

Tu nieta,

Jacqueline 

El Poema

Por: Ivelisse Hernández Marcial

5 de agosto de 2017

 

Descansa tranquila,

descansa confiada.

Quédate con una sonrisa

pegada en tu cara.

Tranquila porque la cuidaste,

feliz porque la mimaste.

 

Gracias a tu cariño otorgado,

gracias a tus cuidados.

Ella ahora estará mejor

pues solo se ha mudado

y estará lejos por un rato.

 

Durante este rato

en el que estarán separadas,

el motor de tu vida será recordarla.

Recuerda los momentos que vivieron felices,

tranquila por todo lo que por ella hiciste.

 

Y aunque a veces las lágrimas

correrán por tus mejillas

eso es normal y natural, pero pasará.

Así que en paz esas lágrimas

pronto se transformaran en alegría.

Pues son muchos los años y los recuerdos

y todo lo que compartieron.

Ahora todo esto te llenará de energía.

 

Así que cuenta su historia, habla de ella,

has volar tu memoria.

Su vida fue modelo e interesante su trayectoria.

Vivió una vida intensa y plena.

Siguió adelante, porque sabía que la vida valía la pena.

 

Sigue su ejemplo, haz lo mismo,

vive la vida de forma intensa.

Ayuda a quien lo necesite,

disfruta, trabaja, ama y ríe.

Pues eres un ser humano valioso y a este mundo le sirves.

 

Ríe, pero hazlo con ganas,

y nunca olvides sus consejos, sus palabras.

Celebra que ella estuvo en este mundo.

Dejándoles un legado profundo.

 

En tu vida ella dejó una huella como herencia,

para que hagas en el mundo la diferencia.

Sigue adelante su ejemplo confiada.

Sigue viviendo con fuerza, con ganas.

©2018

 

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