Por: Jac Andino
Desde que la vio se preguntó de qué signo sería. De seguro tenía que ser de uno fuerte porque aquella hembra no se le callaba a nadie. No comprendía sus sentimientos alocados, pues tenían diferentes carácter, sin embargo, aquel magnetismo debía de ser trabajo de los seres zodiacales. Cada vez se enamoraba más, mas ella no cedía. Una tarde por mero descuido descubrió que pertenecía al signo de escorpio. Él, un supersticioso acuariano, buscó en el horóscopo encontrando que la compatibilidad entre acuario y escorpio era bastante baja. Esto no evitó que se aferrara al corazón y decidió que en vez de ser acuariano ahora pertenecería a libra, signo con alta compatibilidad, y enamorar a aquella brava mujer escorpión.
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Stéphane Guisard, TWAN